Price Controls

Coke forbidden from raising prices in Bolivia

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According to this article in newspaper La Razón, Bolivia’s Minister of Productive Development will take measures against Coca Cola’s decision to raise prices in Bolivia. The Coca Cola franchise in Bolivia had announced a few days ago that they were going to raise prices by approximately 10 cents of a dollar per bottle. The minister called the measure “unjustified” and “political.” And one wonders why Bolivia has a hard time attracting foreign (and even local) investment. Why can’t firm raise prices if market conditions call for it? This intervention is a terrible sign.

Bolivia has entered a dangerous process towards inflation. The country has been growing at a very high pace in recent years due to the massive increase in export revenues (mainly natural gas and minerals) which, together with the increase in drug trafficking activities and government expenditure, has increased liquidity by wide margins. The inflationary pressures have forced the Central Bank to sell bonds offering high interest rates (up to 7%) for four consecutive years in an effort to remove part of that liquidity. I would be curious to see how the government is going to deal with this problem after the general elections. Are they going to continue to call these price increases “political” and hope that that stops them?

El Caballo de Troya Para los Adolescentes Bolivianos

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La Cámara de Diputados está finalizando en estos días la redacción del Proyecto de Ley del Nuevo Código de Niño, Niña, Adolescente. Uno de los elementos centrales del proyecto es la regulación del empleo de adolescentes con el objetivo de que estos gocen de los mismos (y potencialmente más) derechos que los trabajadores adultos.

El proyecto establece, por ejemplo, que el salario y beneficios de los adolescentes no podrán ser menores a aquellos percibidos por adultos que realicen el mismo trabajo. Además, los empleadores deberán contar con autorización escrita de los padres aprobada por la Defensoría Municipal de la Niñez y Adolescencia y deberán otorgar a los adolescentes una hora diaria remunerada para estudiar. El proyecto también prohíbe explícitamente el trabajo de adolescentes en actividades como zafras, minería, pesca, ladrillería, recolección de basura, transporte público, trabajo doméstico, etc.

El proyecto tiene buenas intenciones. Todos queremos que los adolescentes (y cualquier trabajador) tengan las mejores condiciones de trabajo y compensaciones posibles. Lo que a los políticos típicamente se les escapa, sin embargo, es que estas mejoras no se materializaran por arte de magia con leyes como esta. Es más, estas leyes tienden a producir resultados completamente opuestos a los esperados.

El acuerdo de empleo entre adolescentes y empleadores responde a la oferta y la demanda. Los adolescentes generalmente tienen poca experiencia y no han terminado sus estudios y por tanto son más baratos de contratar que los adultos. Los adolescentes lo saben pero tienden a aceptar una compensación menor en vista de sus pocas oportunidades y con el fin de aprender el oficio. Esto pasa desde siempre y en todas partes. En países desarrollados, por ejemplo, es muy común que adolescentes trabajen después de la escuela por salarios muy bajos para aprender algún oficio, costearse necesidades o ahorrar para la universidad. En países pobres como Bolivia, el trabajo del adolescente va más allá y es, en muchos casos, crucial para la economía familiar.

Póngase en el lugar de un empresario. Si el proyecto es aprobado, contratar adolescentes resultará ahora más caro que contratar adultos. Como hemos dicho antes, los adolescentes tienen poca experiencia y estudios pero el empresario deberá pagarles el mismo salario que paga a los adultos. Adicionalmente, el empresario deberá pagar una hora diaria para que el adolescente estudie cosa que no tiene que hacer con sus empleados adultos. Además, el empresario tendrá que hacer el papeleo de autorización con la Defensoría Municipal de la Niñez y Adolescencia el cual, como todo tramite en Bolivia, será probablemente bastante engorroso. El empresario tendrá también que tener cuidado de no emplear al adolescente en actividades como la zafra, el transporte público, el trabajo doméstico, etc. Que haría usted en el lugar de este empresario? Simple. No contrataría más adolescentes. Resulta más barato y práctico contratar adultos. El resultado será, por tanto, completamente opuesto a la intención original: la ley generará un incremento substancial de desempleo entre adolescentes. Éstos, tendrán muchas menos oportunidades de aprender un oficio, no podrán ahorrar para sus estudios o contribuir a la economía familiar.

La única forma de generar mejoras salariales de forma sostenida y natural es a través de incrementos en la inversión productiva privada que genere una mayor demanda por trabajadores. Esto requiere, sin embargo, de una profunda mejora de las condiciones de inversión en Bolivia que establezca reglas de juego claras y estables. Proyectos de ley como este son atractivos por fuera pero, como el Caballo de Troya, guardan siempre sorpresas perversas por dentro.

Hoteles triplican precios durante los carnavales

El carnaval es una fiesta típica e imperdible en la mayor parte de Sudamérica. En lugares como Rio de Janeiro en Brasil, o Santa Cruz y Oruro en Bolivia, el carnaval atrae a miles de visitantes que disfrutan de tres o cuatro días de parranda. El resultado inevitable es que los precios de hoteles, comidas, bebidas y muchos otros bienes en estos lugares se incrementan significativamente. Es una lección básica de Principios de Economía. Al incrementarse la demanda por estos bienes (un desplazamiento de la curva de demanda hacia la derecha) el precio y la cantidad en equilibrio serán más altos. Nada nuevo ni misterioso.

Lo que no deja de sorprender es la constante queja de consumidores y autoridades gubernamentales cuando esto sucede. Como ilustra este artículo de La Razón, el público y algunas autoridades gubernamentales siguen viendo en estos incrementos de precio una inmoral y malvada conspiración.

Hasta el sábado una noche en una habitación doble en un hotel del centro de Oruro costaba Bs 250. Durante el Carnaval el valor se triplicará a razón de Bs 707 por jornada, si acaso la encuentra, porque ahora los centros de hospedaje sólo venden paquetes por tres días a 300 dólares (Bs 2.121).

Para el prefecto de ese departamento, Alberto Aguilar, estos incrementos no se justifican. “La Cámara Hotelera debería tener mayor conciencia, no es que por el Carnaval ellos puedan hasta triplicar el costo. Hasta nosotros tuvimos dificultades para hacer reservaciones para nuestros invitados , ellos (hoteles) sólo nos ofrecen paquetes”, reclamó. Según Aguilar, la Alcaldía Municipal debería regular estos precios.

Regulación de precios? Mala idea.

Supongamos que apelando a su espíritu carnavalero, convencemos a los hoteleros en Oruro a cobrar por habitación lo mismo que venían cobrando antes del carnaval. La primera reacción del público (y el Prefecto Aguilar) es saltar de una pata. Participar del carnaval es ahora muy barato. Muy ¨democratizador” y solidario. De hecho, si antes del anuncio  unas 2000 personas pensaban ir a Oruro para la fiesta, después del anuncio de precios bajos ese número probablemente se duplicaría. Todo el mundo al carnaval!

Pero que pasaría cuando toda esta gente llegue a Oruro y trate de conseguir una habitación en un hotel? Lo más probable es que no la pueda encontrar. A esos precios bajos muchas personas se disputarían el naturalmente limitado número de habitaciones y muchas quedarían en la calle (un problema no menor si se considera el gélido clima de Oruro). Pero sabiendo que las personas responden a incentivos, lo que probablemente pasaría es que se crearía un mercado negro de tarifas. Bajo la mesa, las habitaciones irían nomás a aquellos que estén dispuestos a pagar más. Cómo sino eligirían los hoteles a sus clientes entre toda la masa de visitantes? Los precios se dispararían hacia arriba como antes pero ahora en un mercado negro en el que no existe un marco legal que resuelva disputas.

Que generaríamos entonces con un control de precios: mercados negros, gente en las calles, desórdenes y violencia. Tratar de manipular los resultados generados por mercados libres es siempre peligroso. Los incentivos son poderosos y a los reguladores por lo general les sale el tiro por la culata.

La asignación de recursos escasos a través del gobierno

Este post es una joya. Pocas veces uno encuentra una descripción tan realista y descarnada de la tremenda ineficiencia en la que se cae cuando se trata de asignar recursos escasos a través del gobierno y no a través del mercado. 

Tomado de Octavo Cerco:

Allá en el barrio de Ciro están poniendo unos teléfonos, la lista de personas que no tienen el servicio es de 20 pero sólo hay tres líneas disponibles. Me entero, con un poco de tristeza in crescendo, de todo el proceso a través de una de las interesadas. Etecsa no decide quién va a tener teléfono, sino que es una comisión nombrada por el CDR la que “hace un estudio del terreno” y nombra los elegidos.

La comisión inicial, de tres personas, nominó primeramente al presidente del CDR y en segundo lugar al delegado de la circunscripción, el tercer lugar quedó divido entre dos vecinos cercanos a la comisión. El litigio se extendió hasta llegar a escándalo en Etecsa, que los mandó para la casa a ponerse de acuerdo.

Otros vecinos, al ver el problema, se sumaron a la inconformidad. La mujer que me contaba la historia, por ejemplo, me explicaba que ella estaba esperando para hacer su reclamación porque consideraba que ella tenía más méritos en el CDR que los del litigio. El asunto se puso tan crudo que la comisión fue desintegrada y otra nueva puesta en su lugar.

La nueva comisión junto a los vecinos han convocado a hacer una reunión extraordinaria para una nueva selección, que aun no ha tenido lugar pero que se hará sin la presencia de los implicados en el problema. De todas maneras, siempre que se hace la selección y se toma una decisión, uno puede después hacer una reclamación para que se revise nuevamente todo el proceso: se argumenta por qué uno no está de acuerdo y se enumeran los méritos de aquel al que se quiere beneficiar por encima del que fue beneficiado.

Recuerdo cuando repartieron los televisores que la gente la Habana estaba conmocionada por las broncas entre vecinos; sé de amigos que no tenían televisor y prefirieron no participar a tener que fajarse con sus colindantes: trapos sucios, historias viejas, familia en Estados Unidos, comentarios contra el gobierno, número de guardias hechas, trabajos voluntarios, calidad ideológica de los familiares, en fin, cualquier argumento es válido a la hora de explicarle al CDR que el televisor o el teléfono lo merece uno y no el de al lado.

Pero lo peor de todo es que hay gente, como la mujer con la que hablé, a la que le parece justo el proceso. Gente que no ve el triste y doloroso resultado de un sistema que pone a sus ciudadanos como perros sacando un hueso de la basura, que sádicamente se lava las manos e indolente abandera con orgullo la responsabilidad de haber convertido la envidia y la chivatería en los nuevos valores de la revolución socialista.

La República socialista de Santa Cruz?

Durante las celebraciones por la victoria del Sí en el referendum autonómico de Santa Cruz, al prefecto Costas se le escucharon discursos que no distaban mucho de los discursos de su archirival Evo Morales. Aunque los movimientos regionales se muestran como la única oposición viable al proyecto socialista del MAS y en ellos están depositadas las esperanzas libertarias de Bolivia, al parecer los políticos son nomás políticos y no pueden escapar a la peligrosa demagogia. En sus intervenciones de celebración el prefecto Costas anunciaba “la verdadera revolución,” el “verdadero socialismo” y como primera medida del departamento autónomo, un “salario mínimo digno.” Como para asustarse.

Pero si la cosa se hubiera quedado en eso, en demagogia, entonces se pudiera haber pasado la página y atribuirle los excesos a la efervescencia del momento. Pero lamentablemente no fué así. El departamento autónomo de Santa Cruz instauró ayer, como primera medida, un salario mínimo departamental de Bs.1,000. La demagogia hecha praxis.

Imponer salarios mínimos (por encima del salario de equilibrio) no favorece ni a las empresas ni a la gran mayoría de trabajadores. Los trabajadores que tenían empleo con un salario menor corren el riesgo de perderlo ya que, todo lo demás constante, las empresas contratarán menos. Estas producirán y ganarán menos por lo que también reducirán sus inversiones y la generación de empleos en el futuro. Además, y como siempre pasa cuando se controlan precios, empezarán a florecer los mercados negros. Empresas Y trabajadores preferirán la informalidad en la que no se reportan los salarios.

Lo increíble de esta caso es que Bolivia está lleno de ejemplos de lo ineficientes que son los controles de precio, en especial los salarios mínimos. Pero el populismo es invasivo, confunde a las oposiciones y, al parecer, también a la memoria.